Como una vez dijo un prestigioso entrenador (Emmett Hines), la natación es el conjunto de movimientos rítmicos y repetitivos más complejo que existe, e involucra el trabajo de un mayor número de grupos musculares que cualquier otra actividad.
La práctica de la natación está basada principalmente en la técnica. Esta circunstancia se debe a que, al contrario que en otros deportes, el cuerpo humano no fue diseñado para nadar, por lo que esta acción implica movimientos no naturales y poco instintivos. Por lo tanto, por mucha distancia que se nade o por mucha intensidad que se aplique, no se conseguirá nadar mejor si no disponemos de una correcta técnica.
Nadar puede ser mejor para tu cuerpo que otros deportes ya que, al realizarse en un medio acuático, no tiene impacto alguno para el cuerpo, consiguiendo que los riesgos de lesión sean casi inexistentes.
En el agua el margen de movilidad es mucho mayor que en tierra; esto es provechoso para personas que puedan tener movilidad reducida.
Al realizarse en un ambiente húmedo, también es beneficioso para personas con alguna afección pulmonar. Además, conlleva mejoras para la salud mental, genera estados de ánimo positivos y nos aísla de los problemas.
Otro plus añadido son las ventajas físicas que supone: es el deporte que más grupos musculares implica, mejora la capacidad aeróbica, la velocidad, la fuerza y la flexibilidad y, lo más importante, con un porcentaje muy bajo de riesgo de lesiones.
A través de la natación se puede conseguir objetivos muy dispares dependiendo lo que se busque: mejora de la condición física, cambiar la imagen corporal, recuperarse de alguna lesión, etc…
¿A qué esperas para lanzarte al agua?
